Jubilando Mi Palm Zire (m150)

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Qué pena, penita, pena. Parece que, poco a poco, el dominio de las PDA (Personal Digital Assistants) está llegando a su fin. Un dominio a medias, claro. Un dominio para la “clase friki”.

Tomando mi caso particular como ejemplo: Durante años he ido llevando, a diario, 2 cacharros en mi bolsillo. Uno es mi teléfono móvil y el otro es la PDA (Palm Zire m150).

Compré el Palm Zire hace ya unos años (2002), y desde entonces me ha servido como ordenador de bolsillo todoterreno. Con la PDA tomo notas, la uso como calculadora, gestiono mi calendario y tengo todo sincronizado con mi ordenador personal gracias a la conexión USB que tiene. So far, so good.

Historia de una muerte anunciada

He visto cómo poco a poco mi Zire ha ido perdiendo usabilidad a lo largo de los años debido a la, cada vez más larga, lista de cosas que puedo hacer con mi teléfono.

Todo empezó cuando compré mi viejo Samsung SGH-N500 allá por 2002. Este teléfono fue el primero con el que me conecté a Internet con cierta regularidad para acceder, desde cualquier lugar, a mi servidor que tenía montado en casa por aquel momento. Gracias a esa conectividad podía acceder a notas que solamente estaban en mi ordenador en casa y no había sincronizado con la PDA. Minipunto para el teléfono.

Luego, en 2003, vino el Vitelcom TSM30, un teléfono fabricado en España. Curiosamente, este teléfono fue el primero con i-mode fabricado fuera de Japón, lo que permitía cierta utilidad el estar conectado a Internet. Este fue mi primer teléfono con cámara, lector de tarjeta y reproductor MP3 integrado. También, gracias a la posibilidad de instalar aplicaciones hechas en Java (J2ME), me abría la posibilidad de programar aplicaciones yo mismo y así expandir la usabilidad del terminal. De hecho, hasta le intenté instalar Linux directamente. Era todo un smartphone de la época.

Tras ello, en 2004, cambié a un Nokia 6230, un teléfono con una pantalla más pequeña que el TSM30, no tenía soporte para aplicaciones personalizadas, pero la calidad del terminal y de las fotos era bastante mejor. También, el reproductor de MP3 era mucho más estable y tenía receptor de FM. Todo un lujo de cacharro.

Finalmente, hasta hoy y desde hace escasos 3 años, vengo usando un Sony Ericsson W800i Walkman. Este teléfono viene con una cámara bastante mejor que mi teléfono anterior y la función para reproducir música es mucho mejor. Algo bueno es que, al igual que aquel viejo TSM30, este Sony Ericsson soporta aplicaciones Java y me permite cargar más cosas.

El Teléfono Que Cambia Todo

Hoy he recibido mi nuevo teléfono, un Nokia N85. ¿Qué hace que este teléfono lo cambie todo? Una combinación de muchas cosas, realmente. Pero me ha hecho jubilar mi Palm Zire, no tiene sentido seguir usándola.

Este Nokia N85, además de una pantalla bastante grande (2.6 pulgadas y resolución de 240x320), puede conectarse al WiFi de casa. Esto significa que se convierte en algo más que un “teléfono”. Lo puedo usar en cualquier momento y lugar debido a poder tenerlo constantemente conectado. Me sirve para ver mis emails, sincronizar contactos y notas en tiempo real sin necesidad de conectarlo al ordenador. También puedo instalar aplicaciones mucho más potentes que las que podía usar en mis terminales antiguos. Por ejemplo, he comprado Twibble (por 4.95 €), lo que hace que ya no necesite el ordenador para ver Twitter.

También puedo usar el móvil para navegar por Internet de forma bastante más cómoda que antes, ya que no tengo que andar preocupado por los datos que uso al estar conectado a casa. Aunque tiene conexión HSDPA, cada megabite se cobra a precio de oro, así que en la vida real no usaría tanto Internet desde un terminal móvil. En cambio, tener WiFi significa que incluso usaré mi ordenador portátil menos.

Pero eso no es todo. Este teléfono, como mi Palm Zire, ¡carga por USB! Esto significa que no necesito llevar ningún cargador extra a ningún sitio para poder cargar el móvil. Incluso si olvido el cable, es muy sencillo encontrar un cable micro USB en cualquier parte. Ojalá todos los teléfonos cargasen por USB, no necesitaríamos recibir un cargador por cada teléfono que compramos.

Echaré de menos la pantalla táctil de la Zire y el poder escribir con el lápiz, pero el nuevo Nokia N85 me cubre todo y más de lo que hago a diario.

El reino de las PDA ha acabado.


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