¿Comprarías un coche chino? (Spoiler: acostúmbrate)
Estos días estoy teniendo días intensitos en la Apsara Conference de 2019 aquí en China, donde he tenido el privilegio de copresentar con Alibaba. Y, joder, estoy todavía procesando lo que he visto.
Hace un par de años escribí un artículo en el blog sobre la evolución del vehículo eléctrico en China, pero aquello pasó sin pena ni gloria. Dudo que este post vaya a ser un bombazo, la verdad, porque lo que pasa en China siempre nos suena a otro mundo. Pero después de hoy, tengo claro que esto nos va a llegar a Occidente más pronto que tarde, y no lo estamos viendo venir.
No soy un experto en coches, eso lo tengo clarísimo. Pero hoy me he subido a un prototipo con Banma ME, el sistema de cockpit que corre con AliOS, y he flipado. Imagínate una pantalla panorámica que va de punta a punta del salpicadero, como si estuvieras en una peli de ciencia ficción. Todo el coche parece una extensión de tu móvil, pero con esteroides: conectado, inteligente, y con una pinta brutal. Hasta grabé un vídeo montándome en ese bicho, y todavía no me creo lo suave que iba todo. Y luego estaba el Xpeng P7, otro coche chino que vi con mis propios ojos. No es un concept de esos que se quedan en PowerPoint; es real, está terminado, estaba “ahí” y tiene una pinta de lujo que te deja loco.
En la conferencia hablaron de cosas que me marean solo de pensarlas: Alibaba lleva desde 2017 colaborando con BMW y Ford para meterle inteligencia artificial a la conducción. Y Cainiao, la gente de logística de Alibaba, está probando vehículos autónomos que reparten paquetes mientras aprenden a conducir solos. Hace dos años escribía sobre motos eléctricas y cómo China iba a toda pastilla con esto, pero lo de hoy ha sido otro nivel. En solo un par de años han pasado de ideas y coches “feuchos” a coches de lujo listos y en producción.
Y yo pensando: no me extrañaría ver ese Xpeng (u otras marcas chinas) rodando por España en unos añitos. Mira los coches japoneses: al principio los puristas los miraban por encima del hombro, y ahora los ves en cada esquina. O los coreanos, con sus Kias y Hyundais, que ya son parte del paisaje. Los coches chinos van por el mismo camino. Sí, habrá quien diga “¿Un coche made in China? Ni de coña”. Pero dame un par de años y verás cómo las calles se llenan de ellos sin que nos demos cuenta. Porque al final, si funcionan y te llevan donde quieres, ¿qué más da de dónde vengan?
Puede que tu próximo coche sea chino. Y, después de lo que he visto hoy, no me parece tan mala idea.