Tres coches, tres formas de sentir la potencia

- 30 November 2024 - 8 mins read

A lo largo de mi vida he tenido muchos coches, pero hay tres que han dejado una huella especial en mi memoria:

  • Audi A5 3.2 V6 S Line 265 CV
  • Audi A4 Avant 2.0 TDI 190 CV
  • BMW 330e M Performance 290 CV

Los tres son coches rápidos, con una respuesta que transmite seguridad y que te permite adelantar con total confianza. Pero cada uno te hace sentir esa potencia de una forma diferente.

Audi A5 3.2 V6 S Line: potencia sin condiciones

Recuerdo perfectamente lo que sentía con el A5. Era un coche deportivo, precioso, con la línea S Line que lo hacía destacar. Bajo el capó, un V6 atmosférico de 265 CV, y una caja Multitronic CVT que convertía cada pisada del acelerador en una reacción instantánea.

Audi A5 3.2 V6 S Line
Audi A5 3.2 V6 S Line

Da igual si estabas en ciudad, en carretera, cuesta arriba o cuesta abajo. El coche no notaba diferencias. De ir a 40 o 50 km/h y pisar el acelerador, en un abrir y cerrar de ojos estabas en 120 km/h, como si el coche te catapultara. Adelantar era tan fácil que ni lo pensabas: pisabas y ya estabas delante.

Ese nivel de respuesta te daba algo más que diversión: te daba seguridad absoluta. Sabías que siempre ibas a poder terminar un adelantamiento a tiempo, sin sobresaltos.

Y además estaba el placer puro de acelerar. Muchas veces no acelerabas porque lo necesitases, sino simplemente para sentir esa patada instantánea y escuchar el rugido del V6, un sonido lleno, visceral, que te recordaba que estabas en algo especial. Conducir ese coche era divertidísimo, un auténtico gusto cada kilómetro.

Una anécdota

Nunca olvidaré un adelantamiento subiendo al monte Tamborine, en Queensland (Australia). Es una pendiente realmente empinada, de esas que a muchos coches les cuesta. Venía detrás de un vehículo lento, y decidí adelantar. Le pisé a fondo y… fue como si la carretera fuera totalmente horizontal.

La sensación de acelerón que sentí subiendo aquella cuesta tan inclinada fue brutal. El coche subió con tal fuerza que adelanté en un suspiro. Me quedé impresionado, porque ni siquiera percibí que era una subida tan dura; al A5 le daba igual la inclinación, respondía igual que en llano. Esa sensación no la he vuelto a experimentar jamás con ningún otro coche.

Audi A4 Avant 2.0 TDI 190 CV: la eficiencia con fuerza

El A4 Avant era otro concepto: un coche familiar, más práctico, pero con un motor diésel de 190 CV y 400 Nm de par que, combinado con la misma Multitronic, se comportaba de forma impecable.

Audi A4 Avant 2.0 TDI 190 CV
Audi A4 Avant 2.0 TDI 190 CV

Era sorprendente cómo, incluso siendo un coche más pesado y pensado para viajes, la respuesta al acelerar era rápida y contundente. Gracias al par del diésel y a la gestión perfecta de la caja Multitronic, el coche empujaba desde muy abajo.

Adelantar en carretera era igual de seguro: dabas gas y el coche respondía sin titubeos. Quizás no tenía el carácter brutal del V6 atmosférico, ni su sonido, pero era igualmente eficaz. Y para viajes largos, resultaba extremadamente cómodo y económico, sin sacrificar esa sensación de control total.

BMW 330e M Performance: tecnología moderna, respuesta distinta

Ahora tengo un BMW 330e, con el paquete M Performance y todos los extras. Es un coche moderno, con un motor gasolina turbo combinado con uno eléctrico. En potencia total, está en la misma liga que el A5: roza los 290 CV. Es un coche muy rápido, sin duda, y adelantar sigue siendo seguro y fácil.

BMW 330e M Performance
BMW 330e M Performance

Pero la sensación es diferente. Cuando pisas el acelerador, primero notas cómo la caja de 8 velocidades ZF baja una o dos marchas, el motor eléctrico ayuda, luego el turbo empieza a soplar… todo ocurre en fracciones de segundo, pero ya no es instantáneo como con la caja Multitronic de Audi.

Sigue siendo un coche rapido, por supuesto, pero esa espera mínima le quita la magia. Con el BMW no aceleras por placer, sino porque lo necesitas. Con el A5, acelerabas porque querías experimentar esa patada y ese sonido.

Tres coches, tres respuestas…

Esos tres coches que he comentado comparten algo importante: te transmiten seguridad al adelantar. Todos ellos son rápidos, estables, y nunca dudas de que podrás terminar la maniobra a tiempo.

Pero el A5 3.2 V6 S Line marcó un antes y un después. Era un coche que no entendía de cuestas ni de situaciones: siempre tenía potencia de sobra, siempre respondía al instante. La caja Multitronic, tan criticada por otros, conmigo funcionó a la perfección durante miles de kilómetros, y siempre mantenida como es debido.

El A4 Avant era la versión práctica de esa seguridad, y el BMW 330e es la versión moderna, tecnológica y eficiente. Pero ninguno de los dos tiene la sensación brutal de inmediatez y diversión que daba aquel A5.


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