Incluso en la era de Internet y la supermegahiperconexión, el acceso a conocimiento proveniente de diversas culturas y regiones del mundo sigue siendo un desafío. El idioma siempre ha sido una barrera fundamental, limitando la difusión y comprensión de información que solo existe en su contexto original. Lo que observo es que los avances en inteligencia artificial, y especialmente las plataformas de procesamiento de lenguaje natural, están cambiando esta dinámica.
¿Por qué estoy escribiendo esto ahora? Esta semana OpenAI publicó en su blog oficial que abrían al público su “Playground” con GPT-3, ya no es una beta cerrada. Para los que han estado desconectados de estos temas, GPT-3, en comparación con GPT-2, tiene 175 mil millones de parámetros en vez de 1.5 mil millones. Esto significa que GPT-3 tiene una capacidad de procesamiento y generación de texto mucho mayor (y mejor).
He estado jugando un poco con esto durante los últimos días y me he dado cuenta de varias cosas. La más grande de las sorpresas es que, gracias a su publicación, veo que se puede utilizar este modelo para obtener conocimientos y datos que hasta ahora estaba reservado a aquellos que comprendían el idioma original en el que se hallaba escrito. Es impepinable que existen enormes cantidades de conocimiento escrito en diferentes idiomas y, por lo tanto, dolorosamente inaccesible e ignorado para quienes no comprenden dichos idiomas.
Por ejemplo: los idiomas indígenas albergan un rico patrimonio cultural y una cantidad significativa de conocimiento que, hasta ahora, solo estaba disponible para aquellos que hablaban dichos idiomas.
Sin embargo, gracias a estos modelos de IA, este escenario está empezando a cambiar.
Trascendiendo las barreras lingüísticas
Los modelos de inteligencia artificial, como el que nos ocupa, están entrenados para comprender y generar texto en muchos idiomas. Estos modelos utilizan técnicas de procesamiento de lenguaje natural, aprendizaje automático de patrones y reglas gramaticales en diferentes idiomas. Alimentados con grandes cantidades de datos, estos modelos son capaces de inferir significado y generar respuestas de alta calidad.
Cuando un usuario hace una pregunta en su idioma nativo, como en mi caso en español, a un modelo como GPT-3, este comprende dicha pregunta y genera una respuesta en el mismo idioma. Sin embargo, con lo que realmente disfruté, es que el modelo accede a conocimientos que hasta ese momento no existían en español. La capacidad del modelo para comprender y traducir mis consultas trasciende las barreras lingüísticas, permitiendo que el conocimiento sea accedido por cualquier persona, en cualquier idioma, en cualquier registro.
El hecho de que un modelo de IA escupa respuestas en un idioma distinto al original implica una apertura de nuevas perspectivas y una democratización del conocimiento. Aquello que anteriormente estaba limitado a un contexto lingüístico específico ahora es explorado y comprendido por todos. Esto no solo enriquece la experiencia de aprendizaje y la comprensión global, sino que también fomenta la diversidad cultural y la apreciación de las diferencias entre culturas.
La posibilidad de obtener respuestas en un idioma distinto al de la fuente original amplía las perspectivas y fomenta la comprensión intercultural.
A medida que avanzamos hacia un mundo más conectado, estos modelos están allanando el terreno hacia una sociedad más consciente del diverso conocimiento que cada cultura posee.