Durante los últimos 2 años, mi tienda online de accesorios de fotografía, cámaras y cursos especializados ha sido mi pasión y un proyecto personal al que he puesto bastante dedicación. No solo he ofrecido productos, sino también un rincón virtual en forma de blog donde los amantes de la fotografía podían encontrar inspiración y conocimiento.

Además, aparte de la tienda y el blog, ofrecía cursos presenciales para que la gente se iniciase con su cámara de fotos, dándoles consejos y enseñando algún truco que otro.

Sin embargo, como todas las buenas cosas, este capítulo llegó a su fin. Aquí estoy para compartir las razones detrás del cierre de esta aventura y alguna reflexión de hacia dónde se dirige el mundillo del e-commerce.

La época dorada del dropshipping

Abrí la web en 2011 durante la que, creo, fue la época perfecta para las tiendas online. Con ningún tipo de inversión en SEO, mi tienda ha llegado a acumular muchos más pedidos de los que podría haber imaginado en un principio. Vaya, sin duda abrí una tienda en un nicho en el que había mucha necesidad.

La demanda de accesorios fotográficos y cursos de fotografía estaba en aumento, y mi tienda encontró un rincón en ese mundillo digital. La combinación de stock local y dropshipping me ha permitido ofrecer una amplia gama de productos sin los desafíos logísticos de mantener un gran inventario y tener unos precios competitivos.

Para los productos más populares he mantenido siempre un stock local para que los envíos fuesen rápidos. Para otro tipo de productos hacía dropshipping. Los pedía una vez para probarlos yo mismo para así pasarles un test de calidad personal. El tiempo de entrega era mayor, pero la gente se veía dispuesta a esperar.

El declive del dropshipping

A medida que el tiempo pasaba me di cuenta de una tendencia en los compradores en relación con los envíos. Surgieron desafíos que no me imaginé cuando abrí el negocio. La creciente impaciencia de los clientes respecto al tiempo de entrega se ha ido convirtiendo en un problema cada vez mayor. Aunque en la web estaban claros los plazos de entrega, los clientes se quejaban de la lentitud de estos. La presión para acortar los plazos de entrega volvió al negocio insostenible. Los productos baratos no eran ya un reclamo lo suficientemente bueno para convencer a la gente.

Mi experiencia me ha llevado a la conclusión de que el dropshipping estaba perdiendo su brillo inicial. La necesidad de mantener un stock local se volvía cada vez más importante para cumplir con las expectativas de mis clientes. Este cambio de tendencia marcó un cambio en la dinámica de mi tienda, y se ha vuelto evidente que las tiendas online van a necesitar adaptarse para sobrevivir.

En mi intento de mejorar los plazos de entrega decidí empezar a tener un stock más grande de productos. Esta gestión de stock se tradujo en que mis productos los tenía que vender a precios más altos por el riesgo mismo que conllevaba.

Creo firmemente que el dropshipping tiene los días contados. Las tiendas online van a entrar en una especie de guerra de tiempos donde tendrán que encontrar el balance perfecto entre un precio lo suficientemente bajo para que sea atractivo y lo suficientemente alto para que compense la complejidad de administrar el stock de manera más eficiente.

La “era de la impaciencia” está llevando a la gente a aceptar precios más altos en tiendas online a cambio de un envío rápido.

El adiós

“Adiós con el corazón, que con el alma no puedo”, elfotometrodigital.com cierra sus puertas. Las lecciones aprendidas y las experiencias compartidas, espero, me ayuden en futuros emprendimientos.