Todo ocurrió un domingo, era el 18 de noviembre del año 2007, un día nublado y frío, lo cuento así porque el resultado que he tenido es tan bonito que… que… no tengo palabras xD.
El caso es que me aburría bastante, y no tuve otra idea mejor que salsear en mi iBook G4. Quería saber cómo esta distribuido el sitio en la parte trasera de la pantalla para colocar la antena de la AirPort.
El resultado fue algo obvio, una antena lo más normal del mundo colocada alrededor como la que está en mi IBM ThinkPad X24.
Dado el dudoso éxito me entró la duda de cómo se encendía la manzanita de atrás, es decir, “¿Tiene una luz propia?, y si no es así, ¿usa la que ilumina la pantalla?“. Dicho y hecho, probando a reducir el brillo de la retroiluminación de la LCD vi que también se reducía el brillo de la manzanita, por lo tanto comprendí que usaba esa misma, algo lógico, así se ahorra energía y se maximiza su potencial.
Tras ver que usaba la luz de la pantalla, pensé en poner un pedazo de papel celofán en la parte interior de la carcasa, “¡qué narices, igual queda bonito y todo!“.
Cerré y atornillé la carcasa y encendí el portátil, “¡qué bonito!“, desde entonces no he vuelto a tener la manzana blanca aburrida que trae de serie.